Por que mentiría si dijese que el camino lo hago solo por la magia que tiene, por que la verdadera razón por lo que en su día lo empecé y así lo hago cada año, en una o varias ocasiones, es por mi promesa de volver a caminar. Por que hace nueve años en aquella noche, durante aquella eterna espera, donde no notaba nada más que mis lágrimas corriendo por mis mejillas, me prometí que si salía de esa y volvía a caminar, nunca me rendiría, emprendería retos nuevos, y no me dejaría estancarme.
Lucharía por lo que quisiese hasta el final, y nunca por muy adversas que fueran las cosas, nunca me rendiría o dejaría de llegar a donde me hubiese propuesto.
En ese momento prometí que si volvía a andar realizaría el camino de santiago todos los años mientras mi físico y medios me lo permitiesen.
Y aquí estamos,nueve años después a pocas horas de volver hacer honor a esa promesa, a volver a recorrer parajes mágicos en entornos idílicos, a volver a compartir momentos e historias con mas peregrinos, a volver a sufrir y disfrutar sobre la bicicleta, pedaleando de día y de noche, bajo la lluvia, el sol o las estrellas, kilómetro a kilómetro, con la idea firme de entrar de nuevo por la puerta grande de la catedral, y volver como cada año a hacer honor a mi propia promesa, a esa idea que me ayudó a salir adelante.
Una vez mas, y pese a la costumbre, a la experiencia y al conocimiento, los nervios y las ganas se junta a la espera con ansia de comenzar ya, de descontar estas horas, y de empezar a pedalear, a sentir el camino, y a sentirse parte de el, parte de esta magia, de estos senderos y de toda esta gente.
BUEN CAMINO!
En ese momento prometí que si volvía a andar realizaría el camino de santiago todos los años mientras mi físico y medios me lo permitiesen.
Y aquí estamos,nueve años después a pocas horas de volver hacer honor a esa promesa, a volver a recorrer parajes mágicos en entornos idílicos, a volver a compartir momentos e historias con mas peregrinos, a volver a sufrir y disfrutar sobre la bicicleta, pedaleando de día y de noche, bajo la lluvia, el sol o las estrellas, kilómetro a kilómetro, con la idea firme de entrar de nuevo por la puerta grande de la catedral, y volver como cada año a hacer honor a mi propia promesa, a esa idea que me ayudó a salir adelante.
Una vez mas, y pese a la costumbre, a la experiencia y al conocimiento, los nervios y las ganas se junta a la espera con ansia de comenzar ya, de descontar estas horas, y de empezar a pedalear, a sentir el camino, y a sentirse parte de el, parte de esta magia, de estos senderos y de toda esta gente.
BUEN CAMINO!
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